Dicen que en el amanecer,
se le ven las pestañas a Dios,
y las tiene crespas.
Y que en los atardeceres,
las sirenas salen a bailar un tango ardiente.
Dicen que la mirada,
es la habitación en que el amor se desnuda,
llora, canta, grita, llora, llora...
Tanto que dicen...
tanto que veo y siento,
que no me canso de escucharlos
y leerlos, que no me hastio de sus mundos,
ni de sus cielos, ni de mis infiernos.
Isk.-